Sangrado de encías
- Gerardo Racca
- 27 mar 2017
- 4 Min. de lectura
Experimentar sangrado de encías no sólo no es agradable, sino que es un claro síntoma de que en tu boca hay algo que no va como debería. El sangrado espontáneo generalmente ocurre debido a una respuesta ante la presencia permanente de bacterias en nuestra boca, por lo que debe ser tomado como un signo de que se está desarrollando una patología oral.
¿Por qué me sangran las encías?
Cuando encontramos una alteración en el equilibrio de las bacterias que encontramos en la boca, normalmente debida al acúmulo de los restos de comida entre los dientes, se da una inflamación y sangrado gingival. Esto es un claro síntoma de que nos estamos enfrentando a una enfermedad periodontal.
Podemos discernir dos estados claros de la enfermedad periodontal:
Gingivitis: Esta es la enfermedad periodontal donde se produce una inflamación de las encías, es posible experimentar sangrado y la sintomatología responde a la acumulación de placabacteriana. Puede darse en personas de todas las edades, pese a que encontramos una mayor rpevalencia en pacientes adultos, mayores de 35 años. Esta patología tiene una enorme incidencia en nuestra sociedad, llegando a encontrar estudios que determinan que afecta casi a un 60% de la población.
Periodontitis: Este es el estado avanzado de la enfermedad periodontal. En este caso, además del sangrado y la inflamación de los tejidos gingivales, el acúmulo de sarro que encontramos en la capa infragingival afecta a los tejidos y huesos que hacen de sostén del diente, lo que pone en riesgo y compromete su mantenimiento. Esta patología tiene un menor íncide de prevalencia en la población (algo más del 25% de personas), pero su capacidad para destruir nuestra sonrisa hace que debamos actuar rápidamente para combatirla.
El motivo principal por el que se produce un acúmulo excesivo de placa bacteriana que hace que se desarrollen patologías como la gingivitis o la periodontitis suele ser una higiene oral deficiente, pese a que podemos encontrar otros factores que también favorezcan el acúmulo de sarro, con la consiguiente patología periodontal:
Malposición dental
Maloclusiones
Ortodoncia fija
Prótesis dentales mal colocadas o deterioradas
Pese a esto, el sangrado de encías no se produce debido únicamente a este motivo, también podemos encontrar otras causas y debemos conocerlas para saber actuar contra estas.
Otros motivos por los que sangran las encías
Pasamos a enumerar algunos factores que también pueden favorecer al sangrado de encías:
Aplicar demasiada fuerza en el cepillado, o hacerlo de forma demasiado agresiva
Cambios hormonales derivados del embarazo, la pubertad, el ciclo menstrual…
Factores genéticos
Cardiopatías
Determinados medicamentos
Estrés
Patologías como el escorbuto, leucemia, anemia, cáncer, hepatitis…
Trastornos hemorrágicos que afectan a la coagulación normal de la sangre
Sintomatología que acompaña al sangrado de las encías:
Cuando encontramos enfermedad de las encís es normal que además del sangrado también se produzcan otros síntomas que nos ayudan a identificar el problema. En caso de la gingivitis podemos observar síntomas como inflamación localizada, acompañada de enrojecimiento y sensibilidad ante presión. Asimismo, también puede afectar el sangrado de las encías, junto con mal aliento (debido a la acumulación de sarro).
En los casos de periodontitis, donde la patología es más avanzada, además de la sintomatología descrita anteriormente también encontramos recesión gingival y pérdida de tejido óseo, dando lugar a la temida movilidad dentaria.
Dile adiós a la gingivitis a través del una buena higiene oral
Para remediar el sangrado de encías debemos tener muy presente el motivo por el que lo estamos sufriendo. En caso de encontrarnos frente a una hemorragia ocasional y leve podemos sencillamente detenerla usando un enjuague bucal específicamente formulado para proteger las encías mientras realizamos las técnicas de higiene oral. 30 segundos tras el cepillado deberían bastar para asegurar una buena salud gingival.
Hay que tener en cuenta que el cepillado dental es la mejor forma de que tanto el tejido inflamado como las encías sangrantes vuelvan a un estado de normalidad. Por norma general, cuando se produce sangrado cuando nos cepillamos los dientes, la primera reacción suele ser la de detener el cepillado, pero si dejamos de lado esta rutina de higiene oral sólo estaremos favoreciendo que el problema se agrave. Un cepillado realizado de forma suave y disciplinada (después de cada comida) sobre todo de forma insistente en las zonas donde más afectación encontramos nos ayudará a mejorar los síntomas.
En los casos más graves, donde encontramos sangrado abundante y algunos de los síntomas descritos anteriormente debemos acudir a un periodoncista profesional. Él será el encargado de hacernos un examen de las encías, y se encargará de medir la profundidad que haya alcanzado el sarro con una sonda periodontal. Revisará la propensión del sangrado y la inflamación, y también valorará si se ha llegado a sufrir recesión gingival y cuán grave ha sido esta. En caso de no haberse producido mayor complicación, una limpieza dental rpofesional será capaz de eliminar la placa bacteriana que se haya acumulado, lo que se traducirá en una mejora del tejido inflamado, además de solventar el problema de sangrado gingival.
Prevención, el factor más importante
Ahora pasaremos a ofrecer un seguido de recomendaciones que nos serán muy útiles para prevenir la inflamación y el sangrado gingival para que siempre gocemos de una sonrisa bonita y libre de patología.
Un cepillo dental con cerdas suaves es fundamental en la higiene oral. Un cepillado después de cada comida, que no sea demasiado enérgico para prevenir lesiones en el tejido gingival será suficiente para eliminar los restos de placa y alimentos.
La seda dental será nuestro mejor aliado para eliminar la comida de los espacios interdentales a los que no llega el cepillo de dientes.
Complementar la higiene oral con productos como el irrigador bucal o cepillos interproximales terminarán de higienizar nuestra boca en profundidad.
La lengua debe ser higienizada también, y es que en ella se llegan a alojar el 70% de las bacterias de nuestra boca. Mantenerla limpia será toda una garantía para evitar la enfermedad periodontal.
Evitar el tabaco es algo fundamental, ya que el humo (y los componentes que hay en este) favorecen la inflamación de las encías.
El agua debe ser tu mejor aliado, ya que gracias al agua que consumimos también eliminamos una gran parte de bacterias que se alojan en nuestra boca, por lo que también evita la acumulación de sarro.
Si seguimos todos estos consejos, y tratamos de llevar una dieta equilibrada reduciendo el consumo de azúcar y alimentos precocinados, aumentando el consumo de fruta y verdura no sólo le haremos un favor a nuestra boca, sino que además también se lo haremos a nuestra salud en general.
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